Si bien cada uno está trabajando desde su casa, los porcentajes de ausentismo no han variado. ¿Qué sucede ahora que la gran mayoría de los colaboradores trabajan desde sus casas?
Ahora los problemas cambiaron y se trasladaron. En el mismo espacio físico y de tiempo los profesionales deben atender: demandas domésticas, laborales y hasta de la educación de sus hijos. Se vuelve difícil conectar con las reuniones programadas, que estén con la cámara apagada y no respondan cuando se les pregunta algo o que con asiduidad expresen tener problemas de conectividad.
Para poder superar este problema, hay algunos consejos que se pueden seguir:
- Respetar la hora del almuerzo. Al principio, muchas empresas seguían sosteniendo los ritmos de antes de la pandemia, pero ahora se complicó. Se le puede suspender un almuerzo a un compañero de trabajo, pero no a los hijos. Por eso, muchas compañías empezaron a bloquear el horario de 12 a 14, para dar un momento familiar a cada uno.
- Agendas ligeras. Aunque al principio era divertido verse por la pantalla, esto empezó a cansar. Muchos colaboradores comenzaron a sentir fatiga de conectarse al zoom u otra aplicación. Por eso, tener consciencia de la agenda de los otros sectores y compañeros, ofrecer reuniones cortas y efectivas y llegar a las mismas con parte de la solución elaborada.
- Vista previa. Es ideal llegara la reunión con un orden de temas (del más al menos importante), así cada colaborador podrá tener su material ya preparado y no habrá pérdida de tiempo.
- Motivar. Aunque no a todos les guste, si se tienen las cámaras prendidas, los líderes podrán ver mejor los estados de ánimo de sus equipos. Así, si notan que alguno está decaído, podrán tener encuentros personales con él, escucharlo y hasta armar planes de trabajo que se adapten a sus necesidades.
Por último, a medida que se le otorgue a cada trabajador el equipamiento necesario, serán cada vez menos frecuentes las ausencias por problemas técnicos.
Fuente: Blog Manpower